Cada día la prensa está llena de historias sobre cómo la tecnología se está arrastrando muchos ámbitos de nuestra vida, destrozando nuestras habilidades sociales y convirtiéndonos en una carrera en la que se tiene que estar conectado incluso para funcionar. Hay informes, en su mayoría negativos, que la tecnología es tan penetrante en el trabajo y se sigue comiendo en nuestro tiempo de ocio.
Las normas culturales están cambiando, la tecnología es una herramienta poderosa que ha traído un enorme cambio positivo en nuestro mundo; se ha transformado la economía, la forma de aprendizaje y conocimiento, ayudó a construir puentes y revolucionó la forma en la que trabajamos.
Si la fuerza de trabajo comienza a distanciarse de los mismos métodos que hacen su vida laboral mucho más fácil y eficaz, se empiezan a percibir problemas.
Por ejemplo: Una organización ha estado usando sistemas basados en papel como parte de su programa anual de evaluación de desempeño. El método funciona, pero es engorroso, costoso y propenso a errores. A nivel de la junta, se tomó la decisión de implementar un nuevo software de gestión de capital humano que capacitar a la fuerza de trabajo, reducir los errores de datos de entrada y proporcionar ahorros de recursos humanos de personal; el problema reside en que algunos empleados se resistan al cambio, bien sea porque no se hayan apropiado de las nuevas tecnologías o porque piensen que el ya no será necesario porque una maquina está haciendo su trabajo.
Este tipo de acciones puede tener un gran impacto, en lugar de avanzar a una forma rápida y eficaz de información sobre sus objetivos y logros y la organización no podría tomar niveles más altos de rendimiento. Lo que se presenta es un problema de percepción.
La tecnología por sí sola no es buena ni mala, esta es una herramienta que cuando se le da buen uso no destruye nuestras vidas sino que las enriquece. Lo que se necesita es una estrategia de despliegue inteligente para nuestra empresa. Debemos manejar estos problemas siendo positivos y con un poco de trabajo. Implementaciones tecnológicas bien manejadas dan cuenta de que todos los usuarios son diferentes y que algunos presentan prejuicios pero incluso para estos individuos este cambio no tiene que significar una lucha.
Con el apoyo personalizado, la formación relevante y una adecuada comunicación que permita la retroalimentación sobre esta nueva forma de realizar los procesos, la tecnología puede llegar a ser eficaz y bien recibida. Las cosas claves que el usuario debe saber es la forma más fácil, más rápida y más agradable de conseguir objetivos.