Se tiende a pensar que el consultor es un profesional externo a la empresa que realiza una visita programada con el fin de identificar las causas potenciales de un tema en particular y proporcionar apoyo para el desarrollo de soluciones, o facilitar la implementación de una nueva iniciativa. Esto es básicamente lo que se entiende por una consulta, pero asocie alguna de estas funciones a lo que normalmente le toca responder en su trabajo.
Usted es un consultor, su éxito y el de su organización depende de su habilidad y conocimiento para trabajar con las partes que tienen que ver con: evaluar los retos empresariales, identificar las oportunidades para el diseño, implementación y evaluación de las iniciativas de cambio y lograr el apoyo permanente de soluciones de recursos humanos que respondan a las necesidades cambiantes de sus clientes internos y externos.
Ahora más que nunca los profesionales en recursos humanos desempeñan el papel de consultor interno más allá de cumplir con la función de optimizar el capital humano. Los mejores consultores, internos o externos, son capaces de adaptar su visión para los negocios de su organización, haciendo coincidir sus conocimientos técnicos a la industria o industrias en que opera la organización.
Aplicar las métricas de negocio, los principios y las tecnologías de información y las necesidades de negocio de direcciones. Aplicar principios de las finanzas, marketing, economía, ventas, tecnología, derecho y sistemas de negocio a los programas internos de recursos humanos, prácticas y políticas.
Por ejemplo: usted trabaja como un generalista de recursos humanos para un grupo nacional de gestión de restaurantes. Además de su experiencia técnica de recursos humanos, se necesita un profundo conocimiento de la industria de los restaurantes: sus operaciones y diferentes funciones, así como las entradas y salidas de los clientes y servicio de alimentos. Además, tendrá que entender las tendencias del mercado de trabajo y el entorno competitivo en el que existe el grupo de restaurantes.
Recuerde, vale la pena ser honesto consigo mismo al evaluar sus fortalezas y debilidades. La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para empezar a desarrollar sus competencias, y siempre hay margen de mejora, independientemente de su nivel de competencia.
