Constantemente vemos actos de corrupción en las empresas, esto es por falta de inteligencia financiera. Esto no sólo trae pérdidas económicas para las empresas, sino también rotación de personal. Sin embargo, este problema se puede evitar si atacamos sus causas. Generalmente los empleados caen en la tentación de robar en sus trabajos cuando están en la quiebra, es decir, cuando están tan endeudados que su sueldo ya no les alcanza para pagar sus obligaciones y tienen que solicitar nuevos créditos para pagar sus préstamos anteriores.

 

En los colegios y universidades nos educan en una gran variedad de temas, pero pocas veces nos enseñan las dos cosas más importantes que debemos aprender en la vida: ¿Cómo manejar nuestro dinero? y ¿Cómo controlar nuestras emociones? En este artículo nos ocuparemos de la primera cuestión, porque muchos libros y personas enseñan a manejar las finanzas de las empresas, pero pocos a manejar nuestras finanzas personales.

 

Así como cuando estamos enfermos acudimos al médico y cuando estamos deprimidos vamos al psicólogo, cuando tenemos problemas financieros debemos buscar ayuda. La inteligencia financiera es la capacidad de administrar adecuadamente nuestro dinero, para poder alcanzar las metas que nos hemos propuesto. En este artículo encontrará nueve consejos fáciles y prácticos, que todo director de recursos humanos debe compartir con el personal de su empresa, para ayudarlos a mejorar su situación económica y así evitar actos de corrupción.

 

Consejo # 1: Establecer una meta de ahorro.

 

Como regla debemos ahorrar mínimo el 10% de todos nuestros ingresos. La persona que no lo hace, simplemente está sobreviviendo y difícilmente cambiará su situación económica. Un error frecuente es que esperamos a fin de mes para ahorrar lo que nos quedó de nuestros ingresos. No sólo es importante definir un porcentaje de ahorro, sino hacer el ahorro apenas recibimos nuestro salario. El porcentaje a ahorrar cambia dependiendo de los ingresos, las obligaciones y las metas que tengamos. Por ejemplo, si queremos comprarnos un apartamento debemos ahorrar más, que si estamos ahorrando para un viaje a la playa. Otro error frecuente es pensar que en este momento no podemos ahorrar, porque estamos pasando por una situación difícil o porque tenemos muchos gastos, siempre debemos ahorrar. Esto es algo difícil de asimilar, si no tenemos la cultura del ahorro.

 

Consejo # 2: Guardar bien los ahorros.

 

Para evitar gastarnos nuestros ahorros es importante depositar el dinero en una cuenta especial, porque si los dejamos en nuestra cuenta habitual, es posible que nos los gastemos con facilidad. Lo más recomendable depositar el dinero en un fondo de inversión colectiva (de riesgo conservador) o abrir un CDT. Otras opciones son los fondos de empleados, las cuentas de ahorro programado, los fondos de pensiones voluntarias y los títulos de capitulación, donde debemos consignar un monto mensual (o nos lo descuentan por nómina). Estos instrumentos son ideales para quienes no tienen la cultura de ahorro y quieren desarrollarla. Existen otras opciones como las acciones y monedas extranjeras, pero son más volátiles y nuestros ahorros se pueden disminuir.

 

Consejo # 3: Evitar los préstamos.

 

Debemos tener cuidado con las tarjetas de crédito. Hoy en día nos las ofrecen en todos lados y con unas facilidades tentadoras, como el no cobro de cuota de manejo. Un error frecuente, es pensar que si tenemos muchas tarjetas de crédito, en el futuro podemos obtener más fácilmente un préstamo grande (hipotecario, por ejemplo). Eso no es del todo cierto, los bancos a la hora de otorgar un crédito se fijan en nuestros ingresos y gastos, la diferencia entre estos dos es lo que conocemos como capacidad de pago. Una tarjeta de crédito es un gasto, y como tal, nos quita capacidad de pago. Tener una tarjeta de crédito no es malo, sirve para emergencias y para transacciones como comprar pasajes o artículos por internet, pero una sola es más que suficiente. Además de las tarjetas de crédito, también nos ofrecen artículos a crédito, como por ejemplo electrodomésticos y ropa. Si queremos comprar algo, debemos ahorrar para ello. Cambiar la cultura del ‘fiado’ es complicado, hay quienes piensan que no son capaces de ahorrar y por eso compran a crédito, pero no debemos olvidar que comprar a crédito siempre es más costoso.

 

Consejo # 4: No dejarse seducir por las promociones.

 

Los publicistas son muy habilidosas para atacar nuestras emociones y hacernos ‘pecar’. Antes de comprar algo, sobre todo si es costoso, debemos analizar bien sus implicaciones. Por ejemplo, siempre que vayamos a realizar una compra, más si es a crédito, debemos estudiar cómo esta compra afectará nuestra meta de ahorro. Para evitar comprar cosas innecesarias se recomienda elaborar listas, ya sea cuando vamos a hacer mercado, comprar ropa o cualquier otra cosa. Esto nos ayuda a evitar comprar cosas que ya tenemos o que no necesitamos. Debemos respetar la lista que hicimos y no comprar cosas que no estén escritas en ella. Los psicólogos también recomiendan abstenernos de hacer compras cuando tenemos hambre, porque en este estado somos más ansiosos. Tampoco es recomendable hacer compras recién nos pagan, porque estamos alegres y tenemos la sensación de poseer mucho dinero. Lo mejor es hacer las compras con cabeza fría y no dejarnos llevar por las emociones.

 

Consejo # 5: Ser analítico.

 

En esta sociedad de consumo nos viven ofreciendo a menudo cosas que no necesitamos. Debemos evitar gastos innecesarios, sobre todo, aquellos que comprometen nuestra capacidad de pago por un periodo largo de tiempo. Las compras como tal no son malas, pero antes de comprar algo debemos preguntarnos: ¿Realmente lo necesito?, ¿Cada cuánto lo voy a utilizar?, ¿Tengo algún artículo parecido?, ¿Qué pasa si no lo compro?, ¿Cómo creo que me voy a sentir después de comprarlo?, ¿Puedo pagarlo?, ¿Con el tiempo este artículo va a valer más o menos? o ¿Cuánto me va a costar el mantenimiento?

 

Consejo # 6: Limitar los gastos.

 

Todos tenemos una debilidad, eso que nos cuesta trabajo no comprar porque nos gusta mucho, para algunos es la ropa, para otros es la rumba o un hobby. Es importante darnos gusto en eso que nos llena de placer, en últimas, para eso trabajamos. Sin embargo, es importante limitar esos gastos a una proporción de nuestros ingresos. Por ejemplo, establecer que solo podemos gastar en ropa el 10% de nuestros ingresos mensuales. Esto nos ayudará a controlarnos, para no gastarnos todo el dinero en nuestra afición. Sin embargo, a menudo no sabemos porque no nos alcanza el dinero. Para descubrirlo es necesario ser más observadores, por ejemplo, escribiendo todos los pagos que hacemos en el mes, con este ejercicio podemos llevarnos sorpresas. Lo importante es tomar decisiones al respecto y evitar que esto siga ocurriendo.

 

Consejo # 7: Hacer solo inversiones productivas.

 

Lo primero es diferenciar una inversión de un gasto. Una inversión es una salida de dinero que genera ingresos (rendimientos, ganancias o utilidades) y un gasto es una erogación de dinero que no genera ingresos, y por lo general, generen más gastos. Debemos gastar nuestro dinero en cosas que generen ingresos y no gastos. Por ejemplo, comprar un lote es una inversión rentable, porque lo puedo vender en un futuro a un mayor precio, en cambio, un programa vacacional es un pésimo negocio, porque pagas anticipadamente algo, que muchas veces ni siquiera disfrutas.

 

Consejo # 8: Medir las inversiones.

 

Obviamente no todo lo podemos comprar en efectivo, comprar un apartamento o un automóvil de contado es difícil y nos llevaría mucho tiempo. A la hora de tomar un crédito debemos medir nuestra capacidad de pago y no autoengañarnos. Por ejemplo, si nos ganamos 1 millón de pesos mensualmente, es irresponsable comprarnos un automóvil de 50 millones, o si nos ganamos 2 millones de esos mensualmente comprarnos un apartamento de 500 millones. Algunas personas engañan a los bancos para que les otorguen créditos desproporcionados y luego terminan con deudas impagables, lo cual deteriora su calidad de vida. Lo recomendable a la hora de comprar un bien de alto valor, es tener ahorrado entre 30% y el 50% del valor del bien, para evitar tomar un crédito tan elevado. Otro aspecto a tener en cuenta, es pagar el crédito en el mejor tiempo posible, así evitamos repagar varias veces lo que compramos.

 

Consejo # 9: Saber decir no.

 

Frecuentemente se nos presentan situaciones incomodas, como que nos pidan dinero prestado o que le sirvamos de fiador a alguien. Esas situaciones no son fáciles, porque en la mayoría de las ocasiones hay sentimientos de por medio. La solidaridad es un valor preciado, pero no siempre podemos ayudar a esa persona, así que debemos aprender a decir no. Antes de tomar una decisión, debemos analizar si realmente estamos en la capacidad de ayudar a alguien y que tan riesgoso puede ser decir sí.

 

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